“Que te crezca, en cada uno de los poros, / una pata de araña” Oliverio Girondo.
Que te señalen por la calle hasta los parásitos que les sobran a los perros callejeros en cada sacudida.
Que rechacen el vicio de tus labios, mintiéndote sobre la boca algo más que los pulmones con la saliva agria de un edificio derruido. Que quien duerme a tu lado desee asesinarte cuando acuchille la mirada en tus ojos porque tu cuerpo sólo sea un hotel detestable de silencio. Que sientas la aguja de las palabras clavándose en la piel, abriendo todos esos agujeros hasta lentamente desangrarte, mientras te parte en trocitos las manos de algún carnicero. Que, a pesar de todo, no te enteres de nada hasta que te haya descuartizado cada una de las piernas y arrancado tu cabeza que lo ve todo desde el fondo de la sala más siniestra. Que seas la comida de nadie y un pájaro negro aletee tu carroña hasta vomitarse encima violentamente. Que tu propia sangre se alimente de tus huesos. Que se despojen de ti como quien tira un trapo sucio a la basura por roto y viejo. Que se te llene la vida de golpes, que no conozcas nada que no sea la tristeza trepando por tus sábanas cuando el sol te atraviese la cortina que tapa tu ventana, que acudas a la sombra como lo hace un fantasma, el único lugar donde puedes instalarte, que se te quemen las mejillas de atar el llanto, que te pierdas en todas las calles cayéndose en cada charco las frases que se te grabaron en la rigidez de tu espalda como tatuajes mal curados. Que te sangren las rodillas de tanto suplicar que las cosas dejen de desaguarse por cada alcantarillado. Que le echen mercurio a todo el oro que llevas pegado en los bolsillos y sólo te quede el recurso de pedir limosna a los que antes te pedían sin que los miraras. Que no reconozcas tu rostro en ninguno de los escaparates a los que sonreías, que se te despelleje la cara con el herpes del sudor que tanto detestas. Que ames el dolor acariciando cada una de tus heridas, que caiga dentro de ti el vacío como si temblaran tus propias manos, ante una página llena de preguntas y permanecieran escarbando en el barro de las dudas. Que no recuerdes el deseo, apenas arrancar una camisa o desabrochar un botón, tener unos inservibles dedos, cuando amar sea un muro infranqueable y sólo sepas esperar la muerte como una forma admisible de vida.
Que te sientas, por una vez, como yo me siento cada día.
Que rechacen el vicio de tus labios, mintiéndote sobre la boca algo más que los pulmones con la saliva agria de un edificio derruido. Que quien duerme a tu lado desee asesinarte cuando acuchille la mirada en tus ojos porque tu cuerpo sólo sea un hotel detestable de silencio. Que sientas la aguja de las palabras clavándose en la piel, abriendo todos esos agujeros hasta lentamente desangrarte, mientras te parte en trocitos las manos de algún carnicero. Que, a pesar de todo, no te enteres de nada hasta que te haya descuartizado cada una de las piernas y arrancado tu cabeza que lo ve todo desde el fondo de la sala más siniestra. Que seas la comida de nadie y un pájaro negro aletee tu carroña hasta vomitarse encima violentamente. Que tu propia sangre se alimente de tus huesos. Que se despojen de ti como quien tira un trapo sucio a la basura por roto y viejo. Que se te llene la vida de golpes, que no conozcas nada que no sea la tristeza trepando por tus sábanas cuando el sol te atraviese la cortina que tapa tu ventana, que acudas a la sombra como lo hace un fantasma, el único lugar donde puedes instalarte, que se te quemen las mejillas de atar el llanto, que te pierdas en todas las calles cayéndose en cada charco las frases que se te grabaron en la rigidez de tu espalda como tatuajes mal curados. Que te sangren las rodillas de tanto suplicar que las cosas dejen de desaguarse por cada alcantarillado. Que le echen mercurio a todo el oro que llevas pegado en los bolsillos y sólo te quede el recurso de pedir limosna a los que antes te pedían sin que los miraras. Que no reconozcas tu rostro en ninguno de los escaparates a los que sonreías, que se te despelleje la cara con el herpes del sudor que tanto detestas. Que ames el dolor acariciando cada una de tus heridas, que caiga dentro de ti el vacío como si temblaran tus propias manos, ante una página llena de preguntas y permanecieran escarbando en el barro de las dudas. Que no recuerdes el deseo, apenas arrancar una camisa o desabrochar un botón, tener unos inservibles dedos, cuando amar sea un muro infranqueable y sólo sepas esperar la muerte como una forma admisible de vida.
Que te sientas, por una vez, como yo me siento cada día.
[Gracias a Car por ser la mano de la fotografía]
Requiem For A Dream-Clint Mansell
26 comentarios:
Después de leer escucho Requiem for a dream. ¿Qué me estremece más?. ¿Benevolencia? ¡caramba!. Esto es un amor dañino ¿Por qué llamarlo amor si inquieta y daña tanto? ¿Cómo hablar si no se es capaz de amar así? Imposible diagnosticar si la tranquilidad me dice;¡¡ufff, menos mal que mi sentir es otro!.
Benevolencia, de la otra, te pido para mí. Un beso
He de esperar que prontamente tus deseos sean otros, que tus generosidades abunden con el amor que sin duda alguna todos necesitamos, aquel que no duele, no daña, sino mas bien traspasa los poros y enternece los sentires hasta poder crear los afectos.
Mira si a ratos tu escrito estremece mis realidades, me conecta con ciertos momentos en que fui poco cauta y mas bien entregada, mira si alguna vez pareciese también sentí como tú.
Un abrazo y a sentir de manera mas benevolente.
Entre el aroma del café y la canción, hago un inventario.
Pasé por el mismo hospital con pronóstico reservado.
¿Mi receta?
Buenas vibraciones...
Besitos en las mejillas,
Hay una violencia en ese tipo de decepción o pérdida que parece no tener límite, hasta el recuerdo se transforma en otra cosa, en momentos como los que describe este texto el edificio de la realidad misma se tambalea. Hay que aprender a amar de otro modo, como venía a decir Rimbaud.
Por cierto, la dosis específica para la Paciente nº24 ya está dispuesta y con la jeringa amartillada...
Es un sentimiento tan humano... Te entiendo perfectamente, yo a veces siento lo mismo. Me ha encantado.
Nada, criatura, si va a volver, ya lo verás...
Un abrazo.
No se me ocurre otra terapia, tengo mala tarde, hoy.
Yo también he estado ahí, no voy a negarlo. Pero quise salir corriendo. Porque los espejos dejaron de reflejarme. Y me hería hasta su rechazo...
Te mando mil besos enormes y un abrazo fuerte, querida paciente.
me quedo sin palabras para comentarte tu texto, q mas podria decirte... no me se expresar tan bien cm lo haces tu, pero todo lo q dices tiene sentido.... espero con impaciencia lo proximo q escribas, un beso.(desde clase ;P)
cuando dolor exuda todo tu texto, estas cosas suceden y las has plasmado muy bien sobre el papel.es la primera vez que te hago una entrada, pero te vengo leyendo y la verdad es que es un placer.
La canción de Requiem for a dream es la espina que corona el texto
1saludo
Una demostración de que la poesía sirve también para odiar con una ferocidad imposible sin ella. Querida Paciente nº 24, ¿tanto sufres?
Te mando un beso desde la orilla del Mediterráneo.
Anónimo 1:
Sí, el odio y el amor.
Anónimo 2:
Mira que son aburridas las clases esas, jaja. Un saludo, a las DOS.
Jó.
Como haces siempre llegas a las entrañas de la forma más dura..esa forma que nos paraliza ante la ausencia de la persona amada...un cariño enorme navegante.
Nada puedo pronosticar tras leer tus palabras escuchando el Requiem para un sueño salvo que, quizás, sea la tuya una forma infinitamente lúcida de amar.
Tus palabras en mi casa dejaron el rastro de una hermosa locura a la que hay siempre que estar agradecida.
Y para tener siempre presente a la tal, la voy a enlazar a mi cintura.
Un abrazo paciente nº24.
Duro texto en el que sería extraño q alguien no se sintiera identificado con alguna de las partes...Suerte tendría ése alguien xq significaría q nunca ha sido rechazado, o quizas no sería suerte, xq puede q nunca haya amado.
Primera entrada tuya que leo, que me ha hecho recordar la cantidad de agujas de palabra q me han clavado.
Un Saludo.
increíble
el texto
la imagen
la canción
me he enamorado de ti
mentira. ya lo estaba.
Después de ciertos acontecimientos vitales, conecto más con tu entrada.
Por cierto traduje un par de poemas más de miss Sexton, si te interesan mándame un mail, mi dire está en el perfil, chica maal.
que de pronto comiences a escuchar soundtracks dentro de ti, de jazz y a veces del fado más triste que conozcas . que comience tu imaginación a crear diccionarios con palabras que aún no existen . que de golpe se te desborde la escritura y te sientas abrumada porque todo aquello que tienes que decir surge desordenado . que te haga sonreir la distancia . que te haga suspirar el anonimato . que recuerdes palabras como mecano, kibbutz, deseo, ygdrassil . que te dé por salir de noche sin rumbo para pensar largo y tendido, solo pensar y tal vez escribir inesperadamente un pequeño haikú . que comiences a dibujar siluetas, a recorrer rostros invisibles . que reconozcas miradas sin ojos de por medio . que te sientas alegre por los puentes . que te plantees enigmas por la otredad . que concretes encuentros a deshora . que no solo te topes con alguien sino con una ciudad entera . que te den ganas de extrañar, de querer, de abrazar . que escuches de pronto el volar de un colibrí y comiences a extrapolarlo todo
que sientas, por una vez, como yo me siento cada que te leo
paci, yo solía abandonar mi blog cíclicamente por algún tiempo, luego volvía a él y no dejaba de escribir hasta que de nuevo me cansara, sin embargo esta vez no he podido dejarlo porque eso significaría dejar de escribirme contigo, así que mejor escribo en él un texto para ti, una especie de carta a la que tal vez vuelva hasta que de nueva cuenta quiera hacer de mi blog un diálogo colectivo otra vez, un encuentro con muchos, un intercambio social
es decir, desde hace algunas entradas mi blog se ha vuelto el puente donde me encuentro contigo
triple soledad
Ostia puta...me ha dado un escalofrío al entrar y otro al leer, muy muy bueno...
mejor que el amor pase como un temblor a que pase como un bostezo
Que te sangren las rodillas de tanto suplicar que las cosas dejen de desaguarse por cada alcantarillado. Que le echen mercurio a todo el oro que llevas pegado en los bolsillos y sólo te quede el recurso de pedir limosna a los que antes te pedían sin que los miraras.
Excepcional relato, volveré a leer tus otros escritos, me has dejado fuera de juego con tus palabras, casi no he recuperado todavia del asombro.
Un saludo
*Sólo me abstengo
para dar las gracias
por formar parte
de ese muro derecho
donde las palabras se inflan
como migas de pan
en el buchecito delgado de los pájaros*
Hace unos días te envié un mail.
Espero que el correo oficial nos sea generoso...
de nada, siempre q necesites una mano, aqui estare, un beso Car.
Hola!!
Wow que duro!... Cuando hay amor puro, hay odio puro, esa línea delgada se llena de huecos y azufre.
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