[Podría ser Buenos Aires o tu acento lejano. Suceden todas esas cosas, sucede la noche como un diminuto intervalo de tiempo, los relojes no deberían tener punteros, solo esos números dentro de una esfera, entonces nosotras decidiríamos; son las ocho y media, nos vemos a las siete menos cuarto, acá, en la plaza vieja. Te echo de menos. Tú siempre me dirías “…es que los hemisferios”, sin entender que, en todo caso, sería el meridiano el que nos impide vernos, todas esas horas incomunicadas, no sé qué hacer con ellas ¿qué harás vos con eso?, ahora, ¿qué harás vos con eso? Sé que este no es un buen lugar para hablarte, pero por no decírtelo a ti, no sé dónde hacerlo.]
"Al llegar aquí, hace unos meses, afirmaba estar muerta. Desde que alguien se llevó mi equipaje donde tenía guardado un secreto y un cadáver..."