"Al llegar aquí, hace unos meses, afirmaba estar muerta. Desde que alguien se llevó mi equipaje donde tenía guardado un secreto y un cadáver..."

19 marzo, 2009

El parpadeo oculto de una cámara

-Discúlpeme el atrevimiento, ¿podría sacarle una fotografía mientras mira el cielo? No se le verá la cara; así, de espaldas, el encuadre es perfecto. Será sólo un momento. Aunque quizás espere a alguien; tal vez molesto… Tengo la cámara en el coche, está ahí mismo; ¿podría esperar un segundo? Sé que hace algo de frío; si quiere, podría traerle un abrigo o mis abrazos, lo que prefiera primero… Es una broma, no se ofenda, es que estas cosas me ponen nerviosa y nunca sé qué decir. No, no es que lo suela hacer a menudo, es sólo mi timidez, usted me sabrá entender…
Es tarde. ¿Tiene prisa? No quiero interrumpir su cabalgata, su paseo… nunca me explico del todo bien.
¿No le parece hermosísima esta luna? La sacaré a su izquierda, con todas esas estrellas, así que no debe moverse mucho porque la velocidad será muy lenta; yo le avisaré cuando esté.
Perdón… Igual le parece demasiado raro todo esto; que se le acerque una extraña y le diga… Es que acabo de llegar a la ciudad y no conozco a nadie a quien se lo pueda pedir… ¿Es usted de aquí? Porque parece de aquí; no de aquí ,de esta barandilla… No sé si me comprende; de aquí…
Podría enseñarme el camino a casa… Creo que además del atrevimiento inicial, me he perdido y ya no sé volver al hotel sin usted; lo siento, no quise decir…
Ahora que he logrado mirar sus ojos, creo que sería mejor tirar una fotografía de frente; ¿le molestaría demasiado? Es que hay en su rostro una silueta de paisajes mucho más fotografiable que este fondo urbano de noche, que ahora me dice más bien poco… Debería callarme. Va a pensar que estoy loca y la verdad es que no se equivocaría; no demasiado…
Veo que igual estoy metiendo la pata: tiene un anillo en la mano que probablemente iba a tirar al río.. He interrumpido, ¿verdad? Yo no uso anillos, pero una vez tiré un búho; no el animal, uno de cerámica, diminuto; un recuerdo de… Perdone, supongo que esto no le interesa en absoluto…
¿Y el libro? ¿También lo va a tirar? No lo haga… Déjelo como por olvido en algún lugar… Alguien lo robará y será mucho más simbólico que el propio río…
La foto… Sí; ahora mismo le saco la foto. De verdad, ¿no tiene frío? El viento sopla fuerte; yo casi no lo noto, pero lo veo en su pelo, cómo mueve su pelo y su piel se ha erizado por un momento. No crea que intento… No es eso… Es el viento…
Podría seguir sonriendo… No ha parado de hacerlo desde que empecé y es como si estuviera leyendo un poema ahora mismo… No es por molestar más de lo debido, pero la cámara me indica que se ha agotado la batería… ¿Sería mucho inconveniente si nos viéramos mañana a eso de las diez?

[Gracias por corregir mi lamentable gramática]

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Estos dias no tengo fuerzas para escribir, pero te dejé un regalo en casa que espero te guste, un beso enorme navegante!

Anónimo dijo...

Dulce, cremoso. ¡Una delicia! Me ha gustado mucho este pastelillo. Menuda merendilla...

De loco-loco nada. Si acaso patológicamente cuerdo...

Mecesito esa rúbrica, 24.

Hasta proNto.

Carz dijo...

Alguna vez sucede. Sucede que por alguna razón uno se siente inclinado a acercarse a una persona, por alguna razón quiere hacerle saber que existe, que quiere que le preste su mirada por unos momentos, que quiere saber qué se siente dentro de su piel, vagar por su consciencia, hacer un dibujo con sus manos. Alguna vez sucede que una mirada asiente mientras se transforma en sonrisa, sucede que, por unos momentos, uno transciende la realidad, o incluso la genera sintiéndose parte integral de la misma, parte de su engranaje, y sucede que se queda embargado, se desprende de su corteza y se perdona.

Hermoso texto, pero mucho más hermoso el sentimiento que transmite, la deslumbrante persona que refleja.
Un beso.

LABELIA dijo...

LLevo unos días tristes, la pérdida y el grito me invaden. Sin embargo, me has hecho sonreír.
Hoy tus palabras están vestidas de ternura.
Gracias por la pomada y el café. Se te aprecia en la distancia tan cercana.
Labelia

Walter Portilla dijo...

Paciente, me ha encantado! al principio, comencé a recordar a mi madre cuando le da vueltas a una respuesta simple y se va por las ramas, termina contándote un cuento de la tías de Carlitos (que nada tenía que ver). Pero luego me di cuenta que te fuiste pareciendo más a mí cuando le pongo el ojo a alguien y no sé cómo abordarla mientras le voy contando el cuento de la caperucita roja y el lobo (que resulto ser yo) jajaja. Loquísima tu historia, tu escapada por los costados de la sombra sin llegar siquiera al aroma, ¡sí al día siguiente! cómo no.
Un abrazo no loco, o sea no ido, quedado.

BUENAS NOTICIAS dijo...

Me ha encantado, cuántas vueltas!!!! un beso!!!

Chef El Chine dijo...

Por favor, faltaría más… me siento honrado de ser su improvisado modelo. Pero déjeme decirle que noto cierta falta de definición emocional y algún problemilla de profundidad de campo del deseo. Tiene razón cuando afirma que el enfoque es perfecto, pero yo sugeriría una ampliación superior a la actual 1:1, más bien tirando a 3:1 o incluso 4:1. Claro, ya se que es complicado trabajar al límite de aproximación, así que con mucho cuidado, vigilando la posición de los codos, va a ir redirigiendo el foco, un poco más abajo… más… ahora un poco a la izquierda… más… sí, ahí, justo ahí, en mi corazón.

♦PªU♦ dijo...

aaaaaaaaaajajajajajjaja
Rajado lo que me encantó!!! me dieron ganas de vivirlo, que me pase! ajajajj