"Al llegar aquí, hace unos meses, afirmaba estar muerta. Desde que alguien se llevó mi equipaje donde tenía guardado un secreto y un cadáver..."

12 octubre, 2008

Luciérnagas eléctricas




Te miro desde la ventana, a sólo tres pasos de la cama. A sólo tres miradas de censura. A tres proclamas de ti. Desde aquí puedo agarrar las luces de Madrid con mis manos, me las zampo como si fueran encendidos bombones; apago el mundo con mi hambre de luz. Se apaga fácil. Se vive fácil. Todo se queda quieto; bailan sombras y silencios a mi norma. La mirada se derrama al borde de tu piel; interruptor de la luz que me he tragado. Te beso con los ojos, pretendo encender las bombillas apagadas de tu boca. Redondeo con un haz el lunar tuyo que más bosteza, lo convierto en destello agitado entre mis dedos. Apoyada en el frío del cristal, la ciudad arranca, nunca ha frenado. Duermes. La luna se esconde y mi mano…Mi mano impulsa una caricia que trepa hasta tus labios. Sube antes de que me rasgue el día. Imagino tu sonrisa debajo de las sábanas y el movimiento de tus dedos, como luciérnagas eléctricas, sobre mi espalda…

- ¿Qué haces? – Me pregunta con una incógnita, que despejaría a besos, en su rostro.
- Soñaba.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito. Sigue así; escribes con el corazón.

Safo dijo...

A oscuras se vive mejor

El vecino del 4º dijo...

dialogos o sueños que nos dicen una y otra vez que existen diferentes planos y ciudades en cada ciudad y en cada instante...hermoso texto...

tu vecino del 4º

desde el otro lado de la luna

Walter Portilla dijo...

Hermoso sueño y más la manera en que lo expresas. Hermosas metáforas. Espero que la persona que duerme a tu lado, te lea a menudo o muy tarde se dará cuenta de lo que está perdiendo.