"Al llegar aquí, hace unos meses, afirmaba estar muerta. Desde que alguien se llevó mi equipaje donde tenía guardado un secreto y un cadáver..."

28 septiembre, 2009

Susurro

Susurro. Detalle.


Ahora recuerdo el abrazo. Ahora a las siete y media de la tarde, creo las siete y media de la tarde. El olor a tu pubis y mi cuerpo pequeño rodeando tus piernas como si fuera la última vez que rodearan algo. El peine de tus manos en mi pelo con esa ternura última que tienen las uñas al arañar dulcemente un cuero cabelludo. El pasillo largo. Correr a oscuras hasta tu cuarto después del tercer relámpago, mientras te despertaba con mis pasos que eran para ti como la bocina de alguna ambulancia, ya existía el miedo a los cinco años y la seguridad de un abrazo. “¿Cómo es la palabra, cómo se dice eso que sienta tan bien al oído, mi niña?” “No sé qué me quieres decir. Necesitas esa pastilla para recordar mamá, necesitas...” “Que no es nada, que no es nada, el riego nada más, es que quiero titular al cuadro y no sé”. Ver la tele así, con los ojos cerrados, acurrucada en tu regazo, buscando aquel olor que sólo estaba de mañana, cuando se desperezaban los olores y los cuerpos recién levantados. Luego venía el sueño con tu mano; acunándome la cabeza con su ruido de grillo. Pasaba el viento mientras tus manos y lo imaginaba ya como la caricia del mundo para toda esa infancia huérfana de madre. “No sé, dame una pista porque no sé” “Eso, cariño, eso que hace cosquillas aquí”. Se alejaron tus manos mientras me dejaba el pelo largo, el paso del tiempo viene a ser como el crecer del pelo, o la cantidad de veces que han caído al suelo, han pasado doscientos treinta y cinco cortes de pelo desde tus últimas manos. Todos llevamos la peluquería del tiempo abierta en la cabeza, esa vida que se resume en las caricias de diferentes manos sobre el cabello. Es igual, hoy te abrazo fuerte, tomo tu mano y la coloco en mi pelo, ahora soy yo la que se inclina para llegarte, para alcanzarte el olor, que hueles a añil, deslizas tiernamente tu mano, como si yo fuera el cuadro que has pintado, que aún no tiene nombre porque se te ha perdido en algún lado y te lloro al oído la palabra “susurro” mientras recuerdo el abrazo.

16 comentarios:

Feroz dijo...

besos. no huelen a nada, pero besos

Camy dijo...

Esos recuerdos...permíteme que añada "compartidos"; cuando se recuerda la suavidad de una piel, el olor de un cuerpo, la sonrisa que creímos poder hacer nuestra, encerrarla, el sol rebotando en las trenzas que primorosamente trenzaba..luego, el tiempo que dicen pone a cada cosa en su sitio y yo no lo creo, se encarga de que otras manos te acaricien, otros peines arañen tu pelo, otras palabras entren por tus oídos, pero ya no es lo mismo, ya estás en primer línea y nunca te oyes llamar "niña".
(Si miras un poco más en la fotografía,se aprecia unos labios que han dejado sus secretos en la copa, y eso que ha sido lavada).
Un besito fuerte

Anónimo dijo...

Acabo de leer tu susurro y me puse a llorar, estoy en clase pero la emocion me dejo llevar, muy bonito, precioso, gracias!

Anónimo dijo...

Cierta veces y sin ninguna explicación abro un álbum de la familia.
Este me susurra cosas que dije o que pasaron en esos momentos.

Es mi máquina del tiempo

Susurro de besos,

BUENAS NOTICIAS dijo...

Querida paciente, encontradora de nombres que se perdieron entre cortes de pelo y olores de antaño, eres única describiendo sensaciones. Me gusta leerte. Es como recuperar algo perdido. Así, no sólo encuentras nombres, también recuperas sensaciones, las devuelves al lugar de donde nunca deberían haber salido. Aunque sólo sea porque el corazón no lleva bien la nostalgia...
Es un lujo que estés en mi vida.

Anónimo dijo...

Fijo la mano que apoyo en tu hombro mientras te imagino escribiendo algo parecido a esto.

Tan emotivo. Maravilloso, bellísimo.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Querida 24,
Gracias a ti por pasarte.
Reconforta saber que están del otro lado tus ojos.
M

Laura Escuela dijo...

Me la imagino haciéndose la olvidadiza... sólo para que tú te acercaras con tu olor verde y paciente a susurrarle al oído lo que ella ya sabía...
eres tan adorable que duele

un beso enorme

Violeta dijo...

Por fin puedo sentarme de nuevo frente al teclado, queria dejarte mi comentario en el post que va delante de este, pero no he encontrado donde hacerlo...me ha entrado un punto de nostalgia al leerlo, extraño los 11 años que pasé en Buenos Aires, y tus "vos" y todo lo demás ha hecho que al entrar hoy a tu ventana me invadiera la nostalgia... en cualquier caso, me alegro de estar de nuevo de vuelta y te quiero agradecer tus visitas a pesar de mi silencio...un beso mi querida navegante.

Anónimo dijo...

Paciente, gracias por luz y por ojos. No sabes lo bello que ha sido despertar contigo.
M

BUENAS NOTICIAS dijo...

Sería curioso poder tener un día sin horas y poder decidir la hora que quieres que sea en cada momento, la que más te apetece...
Besos gordos, paciente.

Argonauta dijo...

Susurro... Sí, hermosa palabra, digna de evocar recuerdos tan conmovedores.

Saludos.

Camy dijo...

Nos dejas el síntoma, pero no quieres diagnóstico.Además de los punteros del reloj, has borrado los días del calendario.
Siento que esa entrada no es un síntoma tuyo, es un diagnóstico que te han enviado y que te martillea sin parar.
un beso

Feroz dijo...

Aló? No te me desinfles, ahora no!

Violeta dijo...

Se te echa de menos navegante. Ahora que por fin ha llegado el otoño y puedo sentarme a escribir deseo encontrarme pronto con esos post tuyo que me llegan al alma. Un beso enorme mi querida niña.

Anónimo dijo...

Sssssss