"Al llegar aquí, hace unos meses, afirmaba estar muerta. Desde que alguien se llevó mi equipaje donde tenía guardado un secreto y un cadáver..."

14 octubre, 2008

Torre de naipes


La carta sentada sobre su mano, juego inerte dormido en la piel. El aire trenzado en humo anuncia una amenaza, hay otra escondida debajo de su palma. Dilatado sudor que recorre en luz por su cara, mientras un temblor le espera desde la mancha profunda de la imprecisión. Colocar una carta sobre otra, es un acto sencillo, casi elemental. Controlar la brisa, la ascensión del miedo, llegar al techo, no. La diminuta respiración alimentada de ventanas. El tic tac del reloj. La atmósfera suspira. Se desdibuja la figura que le ha costado días levantar. La vida es el desorden improvisado de nuestras derrotas. Aunque el último naipe siga gritando, todo se derrumba, balancean números en el aire, un as de corazones cae a los pies desnudos del suelo. Alguien lo pisa. Todo principio anuncia su fin. Recoger. Limpiar. Barajar. Comenzar. Caer. Otra vez.

2 comentarios:

Carz dijo...

Decía Huidobro en Altazor:
"Piensas que no importa caer eternamente si logras escapar
¿no ves que estás cayendo ya?...
Déjate caer sin parar tu caída sin miedo al fondo de la sombra
Sin miedo al enigma de ti mismo...
Sólo en las afueras de la vida se puede plantar una pequeña ilusión".


No es demasiado difícil escribirlo, vivirlo es otra cosa... quizás porque vivir siempre es otra cosa distinta a la que hacemos.

Aunque, a veces, no. Y eso engancha.

la princesa inca dijo...

caer, el abismo,y después?
el suelo y nada más, duele, pero es el miedo de antes, miedo de miedo, miedo de miedo,
el divisar donde se caerá,
y luego volver del pozo,
a veces desprovisto de algo que ya no necesitas,
duele, duele, pero sólo destrás del miedo al fondo de la sombra, y de la sombra, vuelves, se vuelve,se vuelve de la sombra, incluso con el horizonte renovado.